Para hablar de la historia de los cojines nos tenemos que ir a la antigua China y por supuesto a la tradición espiritual del budismo. Se cuenta que hace más de 2500 años, Buda usaba un cojín redondo que se llamaba ZAFU, con un diseño ergonómico y que facilitaba las largas sesiones de meditación. Za (座) significa asiento, y fu (蒲) significa espadaña, que es el material que usaban para hacer aquellos cojines.
En oriente los musulmanes utilizaban los cojines como elemento de decoración en sus hogares y también para poder sentarse cómodamente alrededor de una mesa donde fumaban la conocida shisha o pipa de agua. Tras el paso de los árabes por España se adaptó la palabra almohada, que es sinónimo de cojín o almohadón.
Hay constancia de que en los inventarios que se realizaban en la Edad Media dentro de palacios y de grandes casas de señores, aparecieron referencias de la palabra almohadón, los cuales eran normalmente de gran tamaño y realizados a partir de fundas de cuero. Estos cojines para sala se popularizaron muy rápido en la época debido a que los asientos eran muy duros, y el uso de almohadones era casi necesario. Por entonces se hacían cojines tan firmes que podían servir incluso de asiento.
Durante épocas posteriores se empezaron a reducir de tamaño y se popularizaron entre la gente de la corte. Los cojines o almohadones se rellenaban con lanas, pelo, pluma, tejido sin tejer, o incluso papeles rasgados. Se empezaron a hacer cojines de suelo que eran comúnmente usados para rezar en iglesias, y hoy en día todavía se ven bancos de rezo forrados y mullidos pensados para ser cómodos.
Actualidad de los cojines
En la cultura occidental los cojines son accesorios decorativos cada vez más utilizados en nuestros hogares, que siguen modas y tendencias muy cambiantes y que cada persona adapta a su gusto. Hay que remarcar la gran tendencia que tuvieron los cojines hippies en los años 20 y 30 durante el Art Deco (un movimiento de diseño popular a partir de 1920 hasta 1939 cuya influencia se extiende hasta la década de 1950 afectando a las artes decorativas mundiales tales como arquitectura, diseño interior y diseño gráfico e industrial) donde se usaban estampados de pieles de animales como tigres, cocodrilos, leopardos, cebra etc. Debido a ser un movimiento tan extravagante se pusieron de moda las formas de cojines extremadamente grandes.
Durante el siglo XX las tendencias eran hacia telas naturales, realizando combinaciones con diferentes formas, tamaños y estilos tanto para sofás como en camas y sillas. Los diseñadores de moda y de interiores del siglo XXI optan por tejidos sintéticos con estampados variados para crear ambientes modernos y originales.