Materiales:
- Tela.
- Tijeras.
- Hilo.
- Semillas de linaza (son la mejor opción si se toma en cuenta factores como el confort y la durabilidad del cojín, pero si no tienes disponible, puedes usar arroz en su lugar).
- Aceite esencial de lavanda (o capullos secos de lavanda, en caso de que no dispongas del aceite).
- Máquina de coser (si no tienes, puedes coser a mano).
- Cartulina.
PASO 1:
Usa la cartulina para dibujar el molde del cojín, trazando las medidas que deseas que este tenga. Puede ser, por ejemplo, un cojín cuadrado, en cuyo caso las medidas de ancho y largo lógicamente han de ser iguales (25 x 25 cm, por ejemplo).
Pero si eres una persona que acumula la tensión a nivel de los músculos del cuello, entonces lo más conveniente para ti es un cojín rectangular, (por ejemplo, 50 cm x 20 cm).
Con el fin de hacer más sencillo este tutorial, y volver más fácil el proceso de costura, recomendamos que el molde de cartulina sea el doble de las medidas que quieres para tu cojín.
Pues de esta manera, en lugar de cortar dos piezas de tela por separado y unirlas, estaremos usando una sola pieza de tela (sobre la cual, como se explicará en los siguientes pasos, se hará un doblez por la mitad y se coserá dos esquinas dejando la cuarta esquina abierta para incorporar las semillas).
PASO 2:
Coloca el molde sobre la tela y dibuja sobre ella. Luego, recorta.
PASO 3:
Dobla la tela a la mitad (importante: si la tela no es idéntica por ambos lados, el lado del reverso, es el lado que debe quedar hacia el exterior. Así, cuando le demos vuelta, el lado más colorido de la tela -o el anverso- es el que quedará hacia el exterior).
Seguidamente, cose las dos esquinas, dejando en la cuarta esquina una abertura. Luego, a través de ésta, dale vuelta a la tela desde adentro hacia fuera.
PASO 4:
Coloca las semillas que vas a ingresar a la funda en un bol (a la cantidad de tu preferencia y en concordancia con el tamaño de tu cojín). Dependiendo de la cantidad de semillas, agrega en ellas varias gotas de aceite esencial de lavanda (o capullos secos de lavanda, en su defecto). Luego, con un embudo (si no tienes, puedes usar una hoja de papel y simular uno doblándola en forma de cono) vierte las semillas en la funda del cojín. Cose la abertura para finalizar.
¡Y listo! Ahora puedes meterlo al microondas, al refrigerador, o simplemente dejarlo fresco a temperatura ambiente y recostarte sobre él. Cierra los ojos y respira el relajante aroma de lavanda. ¡A relajarse!
En caso de que este tutorial se haya quedado corto para ti, te dejamos un vídeo tutorial fácil de seguir en el que puedes observar paso a paso la realización de estos bonitos, cómodos y sencillos cojines aromáticos de semillas.